lunes, 4 de octubre de 2010

El Remate

EL REMATE





Un remate es, en sentido estricto, un lanzamiento o envío hacia la portería o arco contrario con el objetivo de anotar un gol. Las superficies más utilizadas para ejecutarlo son los pies y la cabeza, según lo amerite el ángulo o la distancia con respecto al arco y la situación de juego.



A la hora de su ejecución, se deben tener en cuenta los siguientes factores:

--la posición del portero

--el número de adversarios que se tienen delante o alrededor del ángulo de remate

--la distancia con respecto al arco contrario

--el ángulo de remate




Antes de su ejecución, el jugador debe reconocer cuál es la situación de la zona defensiva adversaria. 


Las más favorables son las siguientes situaciones:

--Cuando a consecuencia de una pared ofensiva la defensa adversaria se encuentre desbordada: en este caso puntual el jugador no dudará en ejecutar el remate.
--En las entradas por las puntas, cuando se realizan pases hacia el centro del área: los atacantes deberán aprovechar para ejecutar el remate al arco.





--Cuando un defensor está, dada su cercanía, con posibilidades de quitarle el balón al atacante y este último está en zona de definición y no tiene alternativa de pase alguno.
--Cuando se elude a un adversario en la zona de definición se debe aprovechar el momento inmediatamente posterior para realizar el remate.
--Cuando el campo está mojado los balones al arco contrario suelen poner en aprietos a los arqueros, sobretodo al ras del suelo.
--Cuando el arquero avanza o retrocede y reduce su capacidad de estar bien ubicado con relación al poseedor del balón en ataque.



--Al enfrentarse al portero es necesario ejecutar el remate antes de que este reduzca el ángulo de remate.
--Cuando la visibilidad para el arquero sea reducida a causa de los jugadores hay que intentar el remate como primera opción.



--Cuando los defensores y el arquero deducen que la intención del atacante será ejecutar un pase o un centro, ese es el momento idóneo para ejecutar un remate sorpresivo.



Es mejor decidirse por otra opción que no sea rematar en las siguientes circunstancias del juego:

--Cuando un compañero se encuentre en mejor situación con respecto al arco contrario.
--Cuando se carece de un buen ángulo de remate.
--Cuando el balón viene en malas condiciones de poder controlarlo y ejecutar un buen remate.
--Cuando la distancia de remate no es la adecuada.

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